¿Quiénes somos?

Los metodistas somos una iglesia cristiana formada por personas que sinceramente creen en Jesucristo y le siguen. Somos cristianos evangélicos, herederos de la Reforma protestante del siglo XVI.

El movimiento metodista se origina en la Inglaterra del siglo XVIII como un movimiento de renovación espiritual, misionero y social. De ese movimiento surge la Iglesia Evangélica Metodista que hoy está presente en 96 países del mundo.

Se establece en Buenos Aires con la llegada de los primeros misioneros en 1836 y desde ese momento se expandió por nuestro país. Sus templos, escuelas, hogares estudiantiles, instituciones de servicio y de educación superior están diseminados en catorce provincias de nuestro territorio y en la ciudad de Buenos Aires.

¿Qué creemos?
Creemos en Dios Padre, Creador del mundo, dador y sustentador de la vida.
Creemos en Jesucristo, verdadero hombre e hijo de Dios, base y centro de nuestra fe quien con su vida, enseñanza, muerte y resurrección nos mostró cuál es el “camino, la verdad y la vida”.Creemos en el Espíritu Santo como presencia de Dios obrando en la iglesia. Él es nuestra guía, fortaleza y consolación.Creemos que en la Biblia se manifiesta la palabra de Dios, dada a conocer a la humanidad y encarnada en la persona de Jesús, el Cristo.

¿Qué enseñamos?

Que toda persona necesita tener la experiencia personal del encuentro con Jesucristo, y así alcanzar la certeza del perdón de sus pecados y de la salvación por medio de Él.
Que Jesucristo nos llama a una nueva vida sensible a la realidad social de nuestros días. Por lo tanto ninguna necesidad o problema humano nos es ajeno. Así cada metodista es llamado ha ocuparse -de acuerdo a su vocación- en trabajar por una sociedad más justa, una comunidad más solidaria y una vida digna para todas las personas.
Que somos llamados a vivir abiertos al diálogo ecuménico con las demás iglesias cristianas y otras comunidades religiosas.

Nuestros servicios religiosos
Todos los domingos celebramos nuestros cultos que son abiertos a todos los que quieran participar.
En ellos cantamos, oramos agradeciendo y pidiendo a Dios, le presentamos la confesión de nuestras faltas, leemos y escuchamos el mensaje de la Biblia y compartimos la comunión.
Respetamos la memoria de la virgen María y de los santos pero no los veneramos ni les rendimos culto. En nuestra oración y meditación nos dirigimos directamente a Dios.
Consideramos la confesión de pecados un acto íntimo y personal que se hace sólo ante Dios. Nuestros pastores y pastoras estarán dispuestos a escucharlo, aconsejarlo y orar juntos por sus problemas y necesidades con la más absoluta reserva.

Los sacramentos
Compartimos con todas las iglesias cristianas dos sacramentos:
El bautismo con agua y en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: ya sea bautizando a pequeños por decisión de sus padres o bien a jóvenes o adultos por decisión propia. Los metodistas aceptamos como válido el bautismo efectuado por otras iglesias cristianas.
La Comunión o Cena del Señor que consiste en compartir el pan y el vino, tal cual lo hizo el Señor con sus apóstoles, para que fuera hecho en memoria de Él.
La Comunión es una celebración abierta y ofrecida a todos aquellos que están en paz con Dios, sean miembros de nuestra iglesia o no.

La organización de la iglesia

Cada una de nuestras congregaciones es una comunidad de creyentes con una participación muy activa conforme a sus dones y capacidades en las diversas actividades de la Iglesia.
Los pastores y pastoras son ordenados para guiar a la iglesia requiriéndose para ello varios años de estudios.
La Iglesia es administrada por pastores y laicos.
El Obispo, quien es elegido por una Asamblea con mayoría de laicos, representa a la iglesia y acompaña y coordina la labor de los pastores.
No tenemos ninguna otra autoridad fuera de nuestro país aunque nos relacionemos fraternalmente con otras iglesias a través del Consejo de Iglesias Metodistas de América Latina y el Caribe (CIEMAL), del Consejo Mundial Metodista, del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y el Consejo Mundial de Iglesias.